viernes, 25 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

Cuentan que toda historia,
tiene principio y final.

Cuentan que la esperanza,
es lo último que se pierde.
Que sin ella no somos nada
y con ella somos creyentes.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Que el tiempo todo lo puede,
no hay mayor mentira que esa
pero al final en la memoria todo queda
y no nos engañemos eso es una certeza
y él que diga lo contrario nos miente.

martes, 15 de noviembre de 2011

Fe a ti me entrego.

A la esperanza me aferro
como un clavo ardiendo.
No queda nada,
solo las ganas de lograrlo.
Todo es incierto,
pero vamos a intentarlo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Camino

Un caballero, en la noche, se acerca a la orilla de un río. Es una noche fría y lluviosa en la que nadie anda por aquella orilla, pero a pesar de la noche y de la lluvia. Se acerca paso a paso mientras la lluvia moja su traje negro y sus barba de varios días, usa su mano para apartar su pelo mojado de la cara y después la mete en su chaqueta. Mira la luna, hermosa ella en todo lo alto con sus esplendor, blanca, reinante en el cielo oscuro de la noche. Saca un crucifijo de su chaqueta lo besa una y mil veces, lo aprieta fuertemente en su mano, se pone de rodillas  y mientras llora por todo lo que ha hecho y por todo lo que le queda por hacer, reza. Mientras reza, cesa su llanto pero no su soledad, vuelve a mirar una vez más a la luna y lanza el crucifijo al agua.

Se pone en pie y con pañuelo limpia sus lágrimas y se seca un poco la cara. Echa un último vistazo al agua, se presigna, se para un segundo, mira el camino de vuelta, se levanta el cuello del abrigo y comienza su camino de vuelta a un lugar soleado donde la lluvia no golpee contra el suelo y el sol pueda acariciar suavemente su cara.

Sabedor de que quizás no encuentre ese lugar soleado, el caballero siente temor y miedo por no saber como llegar, pero en un momento, durante su incansable camino un haz de luz se refleja en su cara, un haz, que ha escapado de las garras de la oscuridad y ha atravesado la lluvia para llenarle el corazón de esperanza. En ese mismo instante el caballero lo ve claro, agacha la cabeza y continúa recto por donde el haz de luz le marca.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Sueños, la esperanza del alma.

Miremos dentro de nosotros mismos, en ese lugar donde todo es oscuro y sombrío, donde quizás solo guardamos las ilusiones que a veces tenemos y nos alegran los días. Una vez observado ese lugar la pregunta es obvia.

- ¿Con qué sueñas? , ¿qué deseas?, ¿qué anhelas?, ¿qué quieres?.

Quizás ni uno mismo pueda responderse a veces por las dudas y por engañarse a uno mismo, pero todos anhelamos algo.

Muchas personas se han preguntado a lo largo del tiempo la misma pregunta y esa pregunta no podría ser otra que esta: ¿Cuál es nuestra misión en la vida? o la tan parecida, ¿para qué estamos aquí?. 

Pues bien, como iluso que soy, no puedo decir más que nuestra "misión" en la vida es perseguir incansablemente esos sueños aún asumiendo que nunca los conseguiremos. 

Muchos tiran la toalla sin intentarlo, dejando a un lado sus aspiraciones. Relacionan el no lo intento con un "no he fracasado" , pero realmente claro que han fracasado puesto que el hombre propiamente dicho no tiene nada y si tiene algo es solo su esencia y ya está. Por lo que como no podemos perder nada deberíamos luchar por todo aquello, que no siendo nuestro, no es importa.

Esta lucha será siempre en desigualdad porque uno mismo solo es uno y tendrá que superar a todas las dificultades y problemas que se le planteen en el camino. Por poner un símil, es como un boxeador que se sube al ring a combatir y en vez de solo un adversario hay varios y cada vez que vence a uno aparece otro. A veces se sentirá exhausto y tendrá ganas de abandonar y salir por las cuerdas del ring, muchos lo hacen, pero solo el que aguante el combate hasta el final y alcance su sueño hallará la felicidad y la satisfacción de conseguir superarse a sí mismo y a las dificultades que hubiera en el camino.

Por relacionarlo con algo conocido, podría decir el mito de la caverna de Platón. Aquí el prisionero que escapa de las cadenas, claramente seríamos los soñadores, somos liberados por la imagen propia del sueño. Como el preso liberado al principio nos sentimos dudosos, desorientados, doloridos por no saber como conseguir lo que queremos. El camino para ello será complicado, tendremos que superar todos los obstáculos que surjan con la idea firme de lograrlo, esta parte claramente sería el camino del prisionero hacia fuera de la caverna, sobre todo la parte de la cuesta. Al parecer que  hemos conseguido nuestro objetivo no nos podemos dejar cegar, para no perder todo lo ganado por el camino, debemos ser fuertes hasta el último suspiro, esto desde mi punto de vista sería el momento en el que salimos fuera y hasta que el preso consigue contemplar el Sol. 

Obviamente el resto de los presos de la caverna son los conformistas los que no luchan por sus sueños y simplemente se dejan llevar por lo que dictamina la masa que en este caso serían los porteadores y las sombras reflejadas son lo que todos hacen y todos sueñan, lo guiado y lo dictado para que todo el mundo haga, un estereotipo por así decirlo. 

En cuanto al camino de vuelta y el momento de encuentro con el resto será complicado, porque una vez retornado el preso al interior de la caverna decirle al resto que luchen por lo que quieren y que el resto crea en sus consejos será la parte más complicada. Pero para eso creo que ya no ha respuesta. 

Sin más un saludo del títere que sueña con ser persona algún día.